viernes, 7 de noviembre de 2008

¿DONDE ESTA VILLA JARAGUA?

Así lucen los caminos del municipio de Villa Jaragua
(foto jarausa)
A PROPOSITO DE LA GIRA DE LOS MUCHACHOS DE JARAUSA, A QUIENES LE DESEAMOS LOS MEJORES EXITOS EN TAN BONITA ACTIVIDAD, PERO NOS PREGUNTAMOS: ¿DONDE ESTA VILLA JARAGUA?

Por Nélsido Herasme



Villa Jaragua es un pueblito entronizado en la lejanía de la región sur perteneciente a la provincia Bahoruco, el que un día nos vio nacer y hoy con impotencia lo observamos postrado ante la miseria, la angustia y el abandono de sus gentes.
Hoy veo a la Villa languidecer y morir en el atraso. Nada hemos podido hacer por ella, aunque juntos a otros hemos luchado y clamado por ante los cuatro vientos para que los que dirigen la cosa pública se acuerden que ese es un pueblo igualito a los demás, con niños, jóvenes y adultos que quieren ver algún día resplandecer un nuevo sol en sus semblantes.
Todos nos hemos olvidados de la Villa, empezando por los gobiernos que solo la miran con el ojo electoral y la visitan cuando quieren el voto de sus adultos para que los ayuden a ser colocados en curules congresionales y en puestos claves de la administraciones oficiales, pero que luego su salud, su escuela, sus calles, sus balnearios y todo cuanto necesita nuestra antigua Barbacoa queda en el olvido y en las promesas de campaña que nunca cumplen.
Tenemos que hacer algo por la Villa, ella es merecedora de que sus hijos se acuerden que existe y que hoy necesita del amor, el cariño y el respaldo de quienes vivimos dentro y fuera de ella.
Los Herasme, los Pérez, los Méndez, los Rivas, los Matos, los Sena, los Ferreras, los Díaz, los Medina, los Cuevas, los Batista, los Segura y todo el que pueda desde su compromiso con la Villa aportar su grano de arena que lo haga ahora en favor de la juventud y los niños que claman por escuelas y espacios deportivos y por los hombres y las mujeres que, cargados de miserias, calle arriba y calle abajo patean el polvo, en busca de un empleo.

Hace unos días, en Santo Domingo, sostuve un encuentro con dos lindas jóvenes, carteras al hombro, bien vestidas y con talento, al rato descubrí que eran de la Villa, y por la invitación que me hicieron supe que trabajan en un lupanar, lugar donde se venden sexo y bebidas alcohólicas.
Mi pequeño municipio es bueno para muchas cosas, menos para que los gobiernos se acuerden de sus gentes y respondan a sus múltiples y variadas carencias.

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