La capital es un solo candelazo, causado por los apagones

Los manifestantes en acción queman gomas y lanzan desperdicios a las calles para llamar la atención de las autoridades eléctricas

el tableteo de las metralletas y las bombas lacrimógenas mantienen todas las noches en diarrea a las familias de los barrios de zona norte.

Las noches en los barrios capitalenos parecen una especie de arepa, con candela por arriba y candela por abajo, lo que provoca un virtual toque de queda y todo debido a los contantes y prolongados apagones.

Los barrios del Distrito Nacional se han convertido en un verdadero infierno y en escenario de confrontación entre manifestantes y efectivos de la Policía Nacional, quienes con gomas prendidas, piedras, botellas, tiros y bombas lacrimógenas libran todas las noches una tenáz y cruenta batalla, ocasionando de esta manera daño a la salud de niños y adultos.

Desperdicios en las calles, lanzamientos de piedras y botellas a vehículos y la paralización de las actividades productivas en algunos sectores, es el resultado de las interrupciones en el fluido energético.

Algunos barrios de la capital solo reciben dos horas de luz al día, mientras otros saborean apagones de 20 y 24 horas.

Entre los barrios donde se han escenificado enfrentamientos entre policías y manifestantes por las tandas de apagones se encuentran los barrios 27 de Febrero, Los Guandules, Guachupita, Gualey, Capotillo, Luperon, Espaillat y otros que forman parte de la zona norte.

La falta de energía eléctrica ha llevado a muchos negocios a la quiebra, mientras otros apenan logran sobrevivir a una elevada facturación por parte de la Empresa Distribuidora de Energía del Este (Edeeste) y a la gran cantidad de gasoil o gasolina que deben utilizar las plantas diariamente para mantener sus negocios operando con precariedad.

Los propietarios de negocios de la avenida Padre Castellanos (La 17) han pegado el grito al cielo, porque sus establecimientos, producto de los apagones estàn yendo a la quiebra, dado que muchos de sus productos de refrigeración se están dañando.

A la falta de energía se suma la delincuencia con su secuela de robos y atracos. Organizaciones populares de la zona norte han manifestado que si no cesan los apagones las protestas continuarán.