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Radhamés de la Rosa |
Esto llora ante la presencia del Altísimo, cuando por un lado escuchamos a los directivos de una institución de casi cuarenta años de trabajo preventivo sobre el uso indebido de drogas, como Casa Abierta, clamar por ante los cuatro vientos que en el marco de la ley 72-02, las autoridades oficiales destinen mayores recursos a la prevención y, por el otro, ver como funcionarios discuten en público, porque unos y otros quieren controlar la mayor cantidad de esos dineros que especializa la susodicha ley, sobre el lavado de activos provenientes de actividades ilícitas.
Dinero para qué a la DNCD y a la Procuraduría General de la República proveniente del narcotráfico si ambas entidades tienen presupuestos asignados por aparte del estado
Quienes en verdad necesitan muchos recursos para desplegar con tesón y desahogo su labor preventiva son las entidades de la base, del barrio, las que tienen encima a los muchachos que en busca de darle sentido a sus vidas apelan y se refugian en el consumo.
Por qué discuten el procurador Radhamés Peña y el general Rosado Mateo, si los dos dirigen instituciones que solo se limitan a reprimir y encarcelar a personas ligadas al mundo de las drogas.
Por favor, no veamos los recursos provenientes del lavado y el narcotráfico como un pastel o una piñata la cual hay que repartir y procedamos, en cambio, a entregar a Casa Abierta los recursos económicos y brindarle lo indispensable para que prosiga su trabajo en pro de la prevención en el barrio, para mañana poder decir que nuestros hijos están estudiando, que son deportistas, están realizando un oficio o una carrera emprendedora.
Con dejo s de tristeza escuchamos decir a Juan Radhamés de la Rosa, director de Casa Abierta, que muchos de los programas que desarrolla la institución tienen que ser abandonados o dejado a medio talle, debido a los escasos recursos que maneja.
Casa Abierta tiene por delante grandes desafíos e innumerables acciones en carpeta, las cuales solo pueden ser ejecutadas en la practica con recursos.
Por lo tanto está convencida que el problema del combate a las drogas no es con guardias, policías y rejas, sino, con educación, empoderamiento de las familias e inserción del consumidor a la sociedad.

De ese mismo proceso, aún no concluido, se desprenden nuevos retos y nuevas miradas que se reflejan en el Plan Estratégico de 2011-2014, con el cual la entidad entra en una etapa de actualización institucional.
Promover procesos de toma de conciencia, compromiso y movilización de la sociedad dominicana que contribuyan a la prevención del uso problemático de sustancias y la construcción de ciudadanía con perspectiva de género a través de la promoción de estilos de vida saludables.
Nuestra pregunta es, por qué el estado dominicano no mira verticalmente hacia abajo y observa a una organización profesional, que como Casa Abierta aspira a ser sostenible, generadora de conocimientos, con capacidad para la incidencia pública en la prevención del uso problemático de sustancias y el desarrollo comunitario con enfoque de derechos y perspectiva de género.
Con o sin recursos Casa Abierta continuará potenciando procesos para la construcción de ciudadanía que favorezcan la prevención integral, la articulación y el fortalecimiento de colectivos sociales e impulsando propuestas innovadoras de prevención integral, desde las realidades de las comunidades.
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