Por: Nélsido Herasme
Miguel Vargas, ni lava ni
empresta la batea y como el diablo a la cruz parece temerle a la convención del
Partido Revolucionario Dominicano.
De ahí se desprende su
negativa de reunir a sus organismos de decisión para ponerlos en
funcionamiento.
En la campaña electoral
pasada el “Fiscal “Nacional, Geovanny Tejada fue visto en la ciudad de Santiago
trabajando por la derrota del PRD y a Rafael (Fiquito) Vásquez, quien funge de
encargado de disciplina, siendo diputado, fue eructado del PRD en el año 1999,
junto a Rafael Peguero Méndez, Fátima Pérez, Radhaméz Castro y la Chiqui de
Villa Consuelo, acusados de alta traición a los estatutos y principios.
Desde marzo del 2011, fecha
que en que se celebró la XXIX Convención Nacional Extraordinaria y en la que Miguel
perdió las primarias internas, no
ha reunido tan siquiera una sola vez los organismos, llevando con su actitud al
PRD en un limbo político.
Ahora la torta se vuelve
para los traicionados, teniendo que sentarse en el banquillo de los traidores.
Los que hicieron la labor
de zapa se convierten en “fiscales y disciplinadores”, llegando a pedir sanción
para quienes sufrieron la desidia y el desdén.
Desde muy temprano Miguel amenazó
con no subirse en la patana del triunfo. Y así lo hizo. Su disgusto fue tan
amargo que se colocó de espalda a su propio partido, llegando incluso a violar
la resolución 120 del “1er. Congreso José Francisco Peña Gómez”, el cual
establecía de manera tácita: “El candidato que resultare ganador de la XXIX
Convención Extraordinaria ocuparía la presidencia del Partido”, mandato que
nunca cumplió.
Hoy, en el seno del PRD un reducido
grupo se apresta estropear su memoria, aunque estamos conscientes que más de setenta
años de historia no son fáciles de borrar, por lo tanto quienes están detrás de
esta infeliz intención terminarán como Chacumbele.
Entendemos que este es el momento preciso para darnos cuenta si los
perredeístas y el pueblo dominicano tienen dolientes.
Quienes quieren reunión de
la comisión política son victimas del vituperio público.
Esta es la hora de las
bases de oponerse a la traviesa actitud de un sector dentro del PRD que,
obediente a pautas foráneas maquinan su destrucción.
Estas payasadas parecen
invitarnos a la confrontación donde los gallinazos le tiran a las escopetas.
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