Por: Nélsido Herasme
Linnette Mañón, era una
joven de apenas 22 años, nacida y criada en el barrio 27 de Febrero, quien en
la tarde-noche del pasado miércoles 13 de los corrientes, se encontraba en su
hogar lavando algunas prendas de vestir, sin percatarse de que en la zona donde
residía había un alto voltaje eléctrico.
La joven Linnette, como
ama de casa, jamás pensó que al conectar la lavadora de uno de los enchufes su
cuerpo recibiría un violento corrientazo que le segaría la vida para siempre.
El padre y las familias de
Linnette aún no se reponen de la pérdida que aún representa la profesora Altagracia
Fabián, (Doña Tatá), su abuela, viéndose obligado, una vez más, que aceptar la
inesperada partida de un miembro más de
la familia Mañón.
Cómo neutralizar el
desconsuelo de una familia que ha perdido a una joven madre, que además del
dolor, deja a una criatura, quien por su edad menuda, ni se entera de lo que
le pasó a su MAMI.
De qué manera le pedimos a
su madre, Nancy que tenga conformidad? ¿Cómo recibir a Alberto, su padre,
sacrificado en el extranjero y manifestarle las condolencias?
Solo pedirles a Dios y a su Gloria, que a LINNETTE, le brinde el descanso
eterno y brille para ella la luz eterna.
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