Por: Nélsido Herasme
Resulta
interesante para los dominicanos conocer los recursos que nos proporcionan la
tierra y la naturaleza, en especial el agua potable y la que utilizamos en los
demás quehaceres de nuestra cotidianidad.
Leyendo
algunos artículos internacionales sobre el agua y su uso, hemos
podido notar que los peruanos son muy
cuidadosos y le dan un uso muy racional y riguroso a este recurso vital para la
supervivencia de los seres humanos.
Publicaciones
de importantes revistas como la Water Resources Research, especializada en
ciencias naturales y sociales del agua, señalan que es latente la preocupación
en todo el mundo.
Investigaciones recientes indican que 21 de las 37 mayores reservas subterráneas del planeta perdieron más agua de la que lograron recibir en toda una década de observación entre los años 2003 y 2013. Estos estudios evidencian que más de la mitad de los principales acuíferos subterráneos del mundo se están agotando a un ritmo acelerado.
Las crecientes demandas de los grandes centros urbanos a menudo entran en conflicto con las necesidades de las áreas rurales, tanto en términos de volumen como de calidad del agua.
El acceso a los servicios de agua potable y saneamiento continúa deficitario, es de ahí el esfuerzo de los gobiernos del continente y en especial el nuestro en República Dominicana.
De los 210 millones de
habitantes de la sub-región, más de 14.4 millones aún no tienen acceso a agua
potable. En el caso del saneamiento la situación es aún más compleja, ya que
más de 32.4 millones no cuentan con un sistema adecuado de saneamiento y menos
del 30% de las aguas servidas reciben tratamiento.
Nuestro
caso, es preservar el derecho de las personas a consumir agua limpia y de buena
calidad y que sus comunidades logren recibir el servicio por parte de las
entidades acuíferas, en particular del Inapa (Instituto Nacional de Aguas
Potables y Alcantarillados)
Basta
y sobra escuchar a los moradores de diferentes provincias del país quienes se
quejan por todas las vías a su alcance de la gravedad que implica no tener
aguas en sus hogares y los que tienen el privilegio de recibirla, es con altos
niveles de contaminación, es de ahí que la situación de calamidad y los
destrozos que presentan los acueductos de las diferentes provincias del país
han sido el tormento, la preocupación y principal prioridad de las actuales
autoridades de Inapa.
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