UN GOLPE EN LA NUCA AL PLD

Por Rafael Tomás Jaime


Es asombrosa la estrategia del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el Gobierno para variar la percepción de los electores y llevar la intención del voto hacia sus candidatos.


Para evitar resultados como los que pronostican sondeos que han llegado a su despacho, el presidente Leonel Fernández y sus estrategas han dispuesto concentrar los recursos del Estado en las demarcaciones donde la declinación es apremiante y la derrota inminente.


Rompiendo la programación previa, el mandatario decide volver a Samaná, concentrarse en El Seibo e iniciar una serie de visitas al Sur, con atención especial en San José de Ocoa y Azua; en Santiago y recorrer el Nordeste y todo el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo, donde los candidatos perredeístas llevan delantera en los sondeo.


Para subir el ánimo en los peledeístas, Leonel Fernández afirmó que el PLD tenía aseguradas 27 provincias, en dos ganaba el PRD y en tres estaban empatados, pero que en definitiva el partido morado ganaría en 31 provincias. Luego de ir al Nordeste varía su discurso y afirma que el PLD ganaría con un 58% en todas las candidaturas.


Como en las campañas anteriores, Fernández y el PLD basan sus estrategias en jugar con la psiquis de los perredeístas, tratando de sembrar en éstos un sentimiento de derrota inminente, y ante los electores, la percepción de triunfo seguro.


Como parte del andamiaje, realiza reparticiones de títulos de propiedad de terrenos a supuestos campesinos; da reconocimientos y cede a peticiones de intelectuales, grupos gremiales y ex constitucionalistas, a los que hace ascensos inconstitucionales (hasta dos en menos de dos años).


Junto a esto, ordena publicar supuestos sondeos electorales, según los cuales los candidatos del PLD se impondrían sobre los del PRD, consultas que son realizadas por firmas encuestadoras muy cuestionadas en el país y el mundo por sus desaciertos.


La estrategia busca desmoralizar a los perredeístas e inducir a su abstención, frenar la corrida de los peledeístas hacia el PRD y levantar la moral de su militancia y simpatizantes, que ha estado en el suelo, por la baja popularidad de sus candidaturas, por los escándalos de corrupción en el Gobierno y los problemas que ha creado del narcotráfico.