Por: Nélsido Herasme
A pesar de que su partido (el PRD) carga con un árgana de problemas, aun así nos da
gusto ver a Cesar Cabrera, un funcionario municipal que no toma respiro en su
labor al servicio de quienes le rodean.
Ser regidor y ahora concejal,
debe seguir siendo el puesto de un servidor de su comunidad, un vocero de las
calamidades de su sector y un fiel vigilante para que el hospital, la escuela, los
espacios deportivos y los lugares públicos sirvan a sus vecindades.
Cesar Cabrera es la expresión del legislador municipal electo por sus habitantes a partir de los méritos acumulados de ciudadano honrado, solidario y avalado por su espíritu altruista.
Los regidores son los miembros de los ayuntamientos, encargados de vigilar que el ejercicio de la función pública municipal se desarrolle conforme a las disposiciones legales aplicables y en concordancia con las políticas definidas en el cabildo, velando por la correcta prestación de los servicios administrativos.
Es lamentable que muchos regidores del ayuntamiento del Distrito Nacional, ahora en la gestión reformista de David Collado, hayan vuelto a ser lo que antes eran, unos gana sueldo, donde cada uno alcanza los 122 mil pesos al mes, es decir más de un millón al año, sin contar viáticos, dietas y otros privilegios.
Son muy pocos están familiarizados con las leyes que rigen los municipios y otros por desconocimiento no exigen obras para sus localidades las cuales están contemplada dentro del presupuesto participado.
Los regidores del Partidos
Revolucionario Moderno son mayoría en la en la sala capitular, pero el
ejecutivo municipal ha metido en un mismo saco a los demás con tal de que no lo
enfrenten en el escenario político y municipal.
Nombramientos de personas, ayuda y colaboración son pedidos a los que el síndico accede con rapidez, porque de esta manera los neutraliza y al mismo tiempo debilita a sus opositores.
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