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VILLA JARAGUA Y TAMAYO DOS CORAZONES UNIDOS EN EL CUERPO DE LA PROVINCIA BAHORUCO 

Estos dos municipios del suroeste de la República Dominicana, localizados en el extremos de la provincia Bahoruco, están estrenando nuevos alcaldes, ambos jóvenes profesionales con brillantes hojas de servicio, pero sobre todo con ganas y deseos de ver florecer, levantarse y resplandecer un nuevo sol en el semblante de sus municipalidades.

Milciadín

os licenciados Arístides Medina Trinidad y Luis Montes de Oca (Milciadín) deberán entender que la alegría y la satisfacción por haber alcanzado las alcaldías de dichas comunidades ya no debe ser de carácter político, porque lo que les espera ahora es trabajo, esfuerzo, sacrificio y entrega por el desarrollo, progreso y bienestar de sus localidades, los que han de redundar en beneficio colectivo e individual de cada uno de sus habitantes.

Aunque su principal tarea ahora es continuar con el proceso de mitigación del impacto del Covid-19 y su propagación, Arístides y Milciadín deben darle prioridad y focalizar de inmediato el establecimiento de un sistema de recogida de basura, construcción de alcantarillados sanitarios y el asfaltado de las calles, remodelación y acondicionamiento de sus parques municipales con espacios de recreación para los niños con la construcción de instalaciones infantiles, sin perder de vista la construcción de academias de música, acondicionamiento de los mataderos, funerarias, sus cuerpos de bomberos y sus mercados y cementerios.

Iván Aristides

Recuperar las tradiciones culturales, brindar apoyo al deporte y a la educación y acompañar a los jóvenes con cursos técnico y en proyectos de desarrollo para sus demarcaciones, deben formar parte de sus tareas.

Los adultos mayores, deben recibir atenciones especiales siendo asistidos con el levantamiento de casas de acogidas y ayudas humanitarias; además dar importancia a la formación de clubes barriales y deportivos y establecer una relación directa Ayuntamiento-comunidad.

Tanto Arístides como Milciadín son conocidos como educadores formales y trabajadores sociales, preocupados por las problemática de salud, la educación, los deportes y la cultura, quienes además hacen vida en una serie de instituciones de la sociedad civil de sus pueblos, tanto local como provincial, a las que han dedicado gran parte de sus mejores años de sus vidas. Dios bendiga a Arístides y a Milciadín y los ayude a realizar gestiones prácticas y asimilables por sus respectivas comunidades.