POR: NELSIDO HERASME
Brevemente interrumpimos la historia que estamos realizando sobre nuestro barrio 27 de Febrero, para referirnos a la nueva designación del Mayor general Gilberto Delgado Valdez, como nuevo jefe de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD). Nos da mucha alegría el saber que una persona de nuestra misma generación, salido de nuestro barrio haya escalado importantes y significativos peldaños en su vida personal y profesional. Gibo, como le llaman, tanto sus familiares y contemporáneos, es el hijo número siete de doce hermanos que procrearon don Librado Delgado y doña Consuelo Valdez, ambos ya fallecidos. La familia Delgado, con su hogar propio, vivió por mucho tiempo en el empobrecido sector Loma del chivo, del barrio 27 de Febrero. En este lugar vimos estudiar medicina al hijo mayor de la familia, al médico-pediatra y diputado, Antonio Delgado Valdez, actual director del hospital Marcelino Vélez Santana, del municipio Santo Domingo Oeste. Antonio también ostentó el rango de general de la aviación, convirtiéndose de esa manera en la bujía inspiradora de sus hermanos y hermanas quienes siguieron sus pasos por los institutos castrenses y la Policía Nacional. Antonio es seguido por Omar, Heito, Josefina, Rey, Rolando, Gilberto, Nicolás, Richard, Mercedes, Aracelis y Raquel. Desde pequeño, Gibo fue un muchacho de cabeza grande y corazón puro, obediente de las decisiones de sus padres, a quien junto a su hermano Rolando siempre acostaban temprano, porque al escucharse el cantar del gallo debía de estar de pie, como todo un guardia y levantarse a vender pan a toda la vecindad. A la luz de un problema de uno de los muchachos, escuchamos a don Librado, el padre, decir: "ustedes nacieron para trabajar, no para andar en las calles buscando problemas", mientras que regalaba algunos correazos al hoy mayor general, Gilberto Santiago Delgado Valdez. Ojalá Dios y la vírgen de Altagracia acompañen al nuevo jefe de la Dirección Nacional de Control de Drogas y logre asumir con la humildad y la honestidad que siempre ha caracterizado a su familia, este nuevo compromiso que le ha deparado el destino. El flamante presidente de la DNCD ha de compreder que si bien es cierto que hemos avanzado un poco en la administración de jusiticia, todavía hace falta un reforzamiento, donde nuestras cárceles logren ser verdaderos modelos de regeneración del adicto, del que comete algun delito y de los que transgreden la ley. A partir de esta observación, soy de los que entienden que la DNCD, debe hermanarse con la comunidad e importantizar el trabajo preventivo, creando los mecanismos que permitan no ver a tantos jóvenes de nuestros barrios caer en el infierno del uso indebido de drogas. Que Dios bendiga, ayude y proteja a mi hermano y amigo Gilberto Delgado Valdez en sus nuevas funciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario