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Aporovechemos el tiempo de navidad y conversemos con nuestros hijos, porque ellos tienen muchas cosas que platicarnos
Por Nélsido Herame
Este es el momento preciso, el tiempo estratégico y la hora perfecta para pensar, analizar y emprender acciones a favor de los niños, no importa donde se encuentren.
Los niños son los que en el presente dan sentido a nuestras vidas y los que en el futuro darán frutos al mundo.
Amémoslos ahora y enseñémosle el camino correcto. Instruyamos a nuestros niños sobre la base del hombre de bien.
Corrijámoslos con amor, con enseñanza, con palpables ejemplos. A Diario revisemos sus tareas escolares, demos seguimiento al curso de sus estudios y jamás le estrujemos errores y defectos.
Premiemos en público sus logros y buenas acciones y a solas los yerros cometidos.
No enviemos a nuestros niños al colmado a comprar cigarros y bebidas contentivas de alcohol. Armémonos de capacidad para educarlo en la paz y en el compromiso con sus amiguitos de aula y con los del barrio.
Alejemos a los niños de todo lo que significa peligro y violencia, no permitamos los mayores que un grande abuse inmisericordemente de un pequeño.
A veces sin querer aplicamos maltratos a los chicuelos, cuando los apeamos de una silla para dársela a uno mas grande utilizando esta frase cuando nos llega visita a la casa: “Mira Carlitos, dale la silla a la gente y vete para el patio”.
Otros maltratos, cuando lo enviamos sin comer, sucios y desaliñados a la escuela, cuando le pegamos para descargar nuestra rabia, porque perdimos en el juego y cuando la pareja discute y pelea en su presencia.
Aunque observemos a nuestros niños sano, llevémoslo periódicamente al pediatra, porque el especialista siempre tiene algo que decirnos y recetarnos.
Los niños, son niños cuando hacen cosas de niños, juegan, se bañan y estudian. Jamás le demos participación en asuntos que solo compete a los grandes.
Todos tenemos el sagrado compromiso de propiciar a los niños una vida digna y decorosa. Alguien de entre nosotros se habrá hecho esta pregunta: ¿Qué estoy haciendo por los niños?
Los niños son los que en el presente dan sentido a nuestras vidas y los que en el futuro darán frutos al mundo.
Amémoslos ahora y enseñémosle el camino correcto. Instruyamos a nuestros niños sobre la base del hombre de bien.
Corrijámoslos con amor, con enseñanza, con palpables ejemplos. A Diario revisemos sus tareas escolares, demos seguimiento al curso de sus estudios y jamás le estrujemos errores y defectos.
Premiemos en público sus logros y buenas acciones y a solas los yerros cometidos.
No enviemos a nuestros niños al colmado a comprar cigarros y bebidas contentivas de alcohol. Armémonos de capacidad para educarlo en la paz y en el compromiso con sus amiguitos de aula y con los del barrio.
Alejemos a los niños de todo lo que significa peligro y violencia, no permitamos los mayores que un grande abuse inmisericordemente de un pequeño.
A veces sin querer aplicamos maltratos a los chicuelos, cuando los apeamos de una silla para dársela a uno mas grande utilizando esta frase cuando nos llega visita a la casa: “Mira Carlitos, dale la silla a la gente y vete para el patio”.
Otros maltratos, cuando lo enviamos sin comer, sucios y desaliñados a la escuela, cuando le pegamos para descargar nuestra rabia, porque perdimos en el juego y cuando la pareja discute y pelea en su presencia.
Aunque observemos a nuestros niños sano, llevémoslo periódicamente al pediatra, porque el especialista siempre tiene algo que decirnos y recetarnos.
Los niños, son niños cuando hacen cosas de niños, juegan, se bañan y estudian. Jamás le demos participación en asuntos que solo compete a los grandes.
Todos tenemos el sagrado compromiso de propiciar a los niños una vida digna y decorosa. Alguien de entre nosotros se habrá hecho esta pregunta: ¿Qué estoy haciendo por los niños?
El mundo de los niños es real, ayudémoslos a descubrirlo
1 comentario:
Te mando un afectuoso saludo desde España. Hace dos años trabajé para el proyecto Canillitas con Don Bosco en Santo Domingo y conozco un poco (o un chin, mejor dicho) algunos de los problemas de la infancia en Santo Domingo. Por eso me gustó su blog.
FEliz 2009.
FranciscoJ
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