jueves, 7 de mayo de 2009

solo para comunicadores


Con el permiso de las páginas del Colegio Dominicano de Periodistas y del maestro José Rafael Sosa, JICARA DE COCO, se toma el atrevimiento, por considerarlo de mucho interés y de vigencia urgente, reproducir el artículo de Saúl Pimentel sobre la necesidad de formación profesional de las y los periodistas:


"Sin ser médico ni ejercer ninguna profesión relacionada con la medicina, año tras año he estado asistiendo indirectamente a congresos nacionales e internacionales de gastroenterología. Esto así, porque mi esposa es gastroenteróloga y me ha tocado acompañarla en estos eventos (ella, claro está, participando en las jornadas de actualización científica y yo disfrutando de la “dolce vita” que ofrecen los lujosos hoteles).

He podido comprobar que los gastroenterólogos dominicanos (no sé si esto ocurre con las demás especialidades) están a la vanguardia, poniéndose al tanto permanentemente de los últimos adelantos en materia de vías digestivas y de la Ciencia Médica en general, cosa ésta que siempre me ha maravillado y he tratado de extrapolar a la profesión periodística.

Permanentemente se está hablando de los “retos” y “agresiones” que tienen ante sí los comunicadores , pero nadie ha puesto el dedo sobre la llaga ante una realidad incuestionable: la del creciente y acelerado deterioro de la calidad profesional de los periodistas dominicanos, que se comprueba al leer la mayoría de nuestros periódicos y escuchar en los noticieros de radio y televisión noticias pésimamente redactadas, con errores de sintaxis y erróneos enfoques, contrario a lo que ocurría hasta hace dos décadas, cuando nuestros órganos periodísticos eran modelos de perfección.

Nuestras universidades están graduando periodistas con enormes vacíos. Casi ninguno sabe redactar y los que medianamente lo hacen escriben con numerosas faltas de ortografía. Algunos ni siguiera dominan las técnicas de la mecanografía. Por eso, la mayoría de estos noveles profesionales sienten frustración cuando, después de haber permanecido cinco años cursando una carrera, son rechazadas sus solicitudes de empleo.

Convencido de esta situación he tratado de aportar mi granito de arena. Con recursos propios he comenzado a organizar talleres sobre técnicas de redacción periodística, dos de los cuales los he impartido ya completamente gratis en San Cristóbal y Santo Domingo, con una gran participación de periodistas, lo cual demuestra que éstos tienen el deseo de superarse y actualizarse. Otros están programados para las ciudades de Neyba, San Juan y Santiago de los Caballeros.

Aprovecho esta tribuna para sugerir que las escuelas de periodismo habiliten salas de redacción y se aboquen a hacer publicaciones periódicas, bien sea en papel o a través de la internet, de forma tal que los estudiantes salgan a la calle a cubrir noticias y luego se sienten a elaborarlas, como si estuvieran en uno de los medios tradicionales. En cada caso, debe

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