
Por Nélsido Herasme
Nos asalta la preocupación por la pasividad y el silencio que ha mantenido el Partido Revolucionario Dominicano, como principal fuerza de oposición ante los actos de indelicadeza en que han incurrido funcionarios peledeístas, los cuales han sido investigados y denunciados con responsabilidad, en su mayoría por comunicadores sociales del país.
Para nadie es un secreto que los escándalos de corrupción han salpicado la imagen del gobierno. Desde principio del año pasado el gobierno del doctor Fernández ha sido sacudido por bochornosos actos que han recibido la repulsa y el cuestionamiento de amplios sectores de la sociedad.
Ante los negros nubarrones que envuelve al gobierno, una franja importante de la sociedad se pregunta, ¿Por qué calla el PRD ante estos hechos? Las primeras lavas que eructó el volcán de la corrupción, comenzó a con el escándalo relacionado con el préstamo de los 130 millones de dólares de la Sun Land, luego con las denuncias de la comunicadora Nuria Piera, sobre la calidad del desayuno escolar y la mansión veraniega construida en Jarabacoa, por la otrora secretaria de estado de Educación, Alejandrina Germán, seguido por Huchi Lora, quien haciendo uso de la ley 200=04, de Libre Acceso a la Información Pública, exigió documentos y demandó trasparencia en la construcción de la primera línea del metro de Santo Domingo.
Sectores de la población entendieron que hubo un abultado presupuesto en la remodelación del palacio de Bellas Artes, lo que motivó la investigación y posterior denuncia de la periodista Alicia Ortega, en un programa de televisión bajo su conducción.
Con estupor todos recordamos como fuera de tiempo los miembros de la Cámara de Cuentas, organismo oficial que está para velar por la transparencia de las finanzas y desempeño pulcro de las instituciones, en sus inicios se reajustaron los sueldos y se adjudicaron el bono navideño, acción que aunque echaron hacia atrás, recibió el repudio del pueblo. La administración de la Lotería Nacional no quiso quedarse atrás y optó por repartir a senadores y diputados 100 y 50 mil pesos respectivamente, equivalentes a varios millones de pesos, con el propósito de que estos realizasen obras benéficas en sus respectivas demarcaciones, regalos que a muchos causó un fuerte dolor estomacal. Las avanzada corrupta no se ha detenido, ya que en el tramo comprendido entre los meses de marzo y abril fueron cancelados de sus puestos, primero el señor Franklin Beltré, director de la Oficina Técnica de Transporte Terrestre (OTTT), a quien luego de un reportaje de Nuria se le comprobó mal manejó de los recursos y exceso en la nómina de los empleados de esa dependencia oficial. Luego le tocó el turno al “pastor evangélico”, Marcos Lara, director del Programa de Reducción de Apagones (PRA) quien fue aventado de esa dependencia eléctrica, luego de comprobársele nepotismo, abultamiento de la lista de empleados y otorgamiento de salarios jugosos a parientes.
Por último la secretaria de Estado de Hacienda se vio en la obligación de separar de esa dependencia a un oficial de alto rango, que fungía de asistente del licenciado Vicente Bengoa, a quien se le vinculó a la emisión de cheques. A pesar del presidente Fernández declarar “Tolerancia Cero” ante la corrupción, los actos indebidos no se han detenido. Pero lo que estorba y llama a preocupación es el silencio de tumba que ha mantenido el PRD, quien como principal fuerza opositora debería llevar la voz cantante y mover la opinión pública entorno a los escándalos que han tambaleado la democracia.
En esta lucha el PRD debe afinar la puntería, porque el silencio no es su mejor aliado, de lo contrario, puede ser calificado de cómplice.
Para nadie es un secreto que los escándalos de corrupción han salpicado la imagen del gobierno. Desde principio del año pasado el gobierno del doctor Fernández ha sido sacudido por bochornosos actos que han recibido la repulsa y el cuestionamiento de amplios sectores de la sociedad.
Ante los negros nubarrones que envuelve al gobierno, una franja importante de la sociedad se pregunta, ¿Por qué calla el PRD ante estos hechos? Las primeras lavas que eructó el volcán de la corrupción, comenzó a con el escándalo relacionado con el préstamo de los 130 millones de dólares de la Sun Land, luego con las denuncias de la comunicadora Nuria Piera, sobre la calidad del desayuno escolar y la mansión veraniega construida en Jarabacoa, por la otrora secretaria de estado de Educación, Alejandrina Germán, seguido por Huchi Lora, quien haciendo uso de la ley 200=04, de Libre Acceso a la Información Pública, exigió documentos y demandó trasparencia en la construcción de la primera línea del metro de Santo Domingo.
Sectores de la población entendieron que hubo un abultado presupuesto en la remodelación del palacio de Bellas Artes, lo que motivó la investigación y posterior denuncia de la periodista Alicia Ortega, en un programa de televisión bajo su conducción.
Con estupor todos recordamos como fuera de tiempo los miembros de la Cámara de Cuentas, organismo oficial que está para velar por la transparencia de las finanzas y desempeño pulcro de las instituciones, en sus inicios se reajustaron los sueldos y se adjudicaron el bono navideño, acción que aunque echaron hacia atrás, recibió el repudio del pueblo. La administración de la Lotería Nacional no quiso quedarse atrás y optó por repartir a senadores y diputados 100 y 50 mil pesos respectivamente, equivalentes a varios millones de pesos, con el propósito de que estos realizasen obras benéficas en sus respectivas demarcaciones, regalos que a muchos causó un fuerte dolor estomacal. Las avanzada corrupta no se ha detenido, ya que en el tramo comprendido entre los meses de marzo y abril fueron cancelados de sus puestos, primero el señor Franklin Beltré, director de la Oficina Técnica de Transporte Terrestre (OTTT), a quien luego de un reportaje de Nuria se le comprobó mal manejó de los recursos y exceso en la nómina de los empleados de esa dependencia oficial. Luego le tocó el turno al “pastor evangélico”, Marcos Lara, director del Programa de Reducción de Apagones (PRA) quien fue aventado de esa dependencia eléctrica, luego de comprobársele nepotismo, abultamiento de la lista de empleados y otorgamiento de salarios jugosos a parientes.
Por último la secretaria de Estado de Hacienda se vio en la obligación de separar de esa dependencia a un oficial de alto rango, que fungía de asistente del licenciado Vicente Bengoa, a quien se le vinculó a la emisión de cheques. A pesar del presidente Fernández declarar “Tolerancia Cero” ante la corrupción, los actos indebidos no se han detenido. Pero lo que estorba y llama a preocupación es el silencio de tumba que ha mantenido el PRD, quien como principal fuerza opositora debería llevar la voz cantante y mover la opinión pública entorno a los escándalos que han tambaleado la democracia.
En esta lucha el PRD debe afinar la puntería, porque el silencio no es su mejor aliado, de lo contrario, puede ser calificado de cómplice.
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