miércoles, 10 de octubre de 2012

SE MARCHÓ CANDITA PARA SIEMPRE




Así somos en vida. En la foto de arriba y en el fragor de la política,
Candita se da un abrazo con Milagros Ortiz Bosch. Abajo se observa
en la faena del hogar.
Por: Nélsido Herasme

Nunca encontramos respuesta a la pregunta del por qué las personas de bien tienen que morir tan joven.
Decimos esto porque hace unos días supimos de la triste partida de Cándida Figuereo (Candita), una noble mujer, madre de familia, buena vecina y, sobre todo, una  fiel y aguerrida activista del Partido Revolucionario Dominicano.
Residentes de su vecindad, en el barrio 27 de Febrero, al juntarse, algunos con lágrimas en sus ojos, comentaban sorprendidos, porque desconocían del padecimiento de Candita, cuando de repente se escucharon que esa digna dama había emprendido vuelo hacia la eternidad.
A una de sus compañeras de partido y de su confianza le escuchamos decir que Candita era una mujer tan discreta que a nadie le revelaba lo relativo a su quebranto.  

Los de su cercanía pueden dar testimonio de su persona.
Alguien con la suficiente autoridad, puede decir como era ella en su familia, con sus hijos, hermanos, nietos y con sus vecinos. 

Nosotros que la conocimos políticamente, podemos expresar que fue una valiente, militante y aguerrida perredeista; calculadora, cuidadosa y de poco conversar, aunque siempre con análisis que se enmarcaban dentro de la lógica de su pensamiento. Candita fue una mujer de firmeza política inquebrantable.

Ella supo con todo el amor y tesón que le caracterizaron, jugar su papel en la tierra, la que hoy la absorbe y la vuelve eterna.
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Candita, al final de los días de su partida puso su carga, su cariño y sobre todo, su espíritu en manos del Creador del universo, para con ello, ir a la gran Morada Celeste, en paz consigo y los suyos.
Paz a los restos de Candita, una mujer que conoció el sacrificio y el dolor y con amor valiente aceptó los designios del Dueño de la vida.
Adiós Candita, madre y compañera del barrio 27 de Febrero.
Que la Gloria de Dios te brinde lo que no pudo concederte la tierra. 
 
¡PAZ A TU CUERPO Y CONSUELO A TUS HIJOS!

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