jueves, 21 de febrero de 2013

JULIO MARIÑEZ

JULIO MARIÑEZ

Por: Nélsido Herasme
No albergamos temor alguno de ser reprendido por la dirección inorgánica del PRD, por nuestras expresiones entorno a lo que en su interior sucede.
Me siento avergonzado del ingeniero Julio Maríñez Rosario, a quien por largo tiempo le profesé cariño, respeto, adhesión y apoyo en su gestión como secretario general de la Liga Municipal Dominicana, incluso cuando en 1998, en las primarias internas del PRD, ganó en buena lid la candidatura a síndico de la capital, la cual le fue escamoteada por Miguel Vargas, crisis que provocó que el Dr. Peña Gómez, con su salud quebrantada, se sacrificara para la alcaldía de la capital.
Ahora Maríñez, en coro con el reducido grupo de Miguel se ha convertido en el “Ñeñeco” del PRD, un pelele manejado por un ventrílocuo para hacer reír a los demás. En esta hora coincido con mi amigo y profesor universitario, Danilo Cruz Pichardo, cuando dice que el presidente Medina y Leonel Fernández juegan, como en una partida de ajedrez, a la crisis interna del Partido Revolucionario Dominicano, porque esta es una de sus fichas.
Agrega Cruz Pichardo, que “en el Partido de la Liberación Dominicana hay dos facciones en pugna y que en lo único que coinciden es en mantener al PRD enfrentado por el mayor tiempo posible, en procura de su descrédito y desgaste”. Y aún así los perredeistas del litoral de Miguel Vargas no se dan cuenta de que su resistencia al diálogo y a la concertación obedece a una estrategia del gobernante y el ex mandatario, cuyo fin apunta a reventar al glorioso.
Creo propicia la ocasión para a felicitar al incontrolable presidente de la “comisión de control”, quien ayer no pudo controlarse cuando llamó vagabunda y bandolera a la Comisión Nacional Organizadora de la XXIX Convención, que escogió a Hipólito Mejía como su candidato presidencial. 
Es a partir de este panorama que el Partido de la Liberación Dominicana pretende meterse en las entrañas del PRD, con el interés de dividirlo.
La “bendición” del Tribunal Superior Electoral mantiene a Miguel, a Maríñez y a otros, empalagados de triunfalismo, a pesar del pedido de de sus compañeros, la sociedad civil y el Cardenal, para lograr un acuerdo definitivo. Maríñez y la cuadra de Miguel, algún día tendrán, como dijo don Mario Benedetti,  que recordar que “la mariposa por siempre fue gusano”.

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