Si yo fuese el doctor Rafael Suberví Bonilla, desde ya me dispusiera
a correr por la alcaldía del Distrito Nacional, porque en las dos ocasiones que
le tocó ser su síndico, demostró que es un verdadero titán de la municipalidad.
Fello cuenta en su haber con una brillante hoja de servicio que lo
hacen merecedor de la candidatura para síndico por el Partido Revolucionario Dominicano,
además de poseer el adorno de los ministerios de Turismo e Interior y Policía, dependencias
oficiales donde jugó papeles estelares.
Nosotros estaríamos en la mayor disposición de apoyarle, solo
porque a su paso, en dos oportunidades, por el cabildo de la capital, demostró
que por la ciudad y la gente se pueden hacer grande cosas.
Con limitadísimo presupuesto, además del Distrito Nacional, Fello era
el síndico de los Alcarrizos, de Bocha Chica, de Santo Domingo Este, Norte, Oeste, Pedro Brand,
Guerra, San Luis, cuyos munícipes recuerdan
alguna obra realizada por su gestión.
Hoy, el síndico del Distrito Nacional, Roberto Salcedo, no sabe
que hacer con la enorme cantidad de recursos económicos que dispone, porque sud
prioridades consisten solo en la colocación de piscinas portátiles y juegos
recreativos para el “deleite” de niños y adultos, vigiladas celosamente por
contingentes de policías municipales.
Ponemos el ejemplo de los barrios de la circunscripción 3 del
Distrito, quienes acusan un progresivo estado de deterioro de sus calles,
aceras, contenes, canchas deportivas, escuelas y su sistema cloacal.
De nada vale que organizaciones de la
sociedad civil, juntas de vecinos y
entidades comunales le exijan a la alcaldía capitaleña que baje aunque sea a
retirar los desperdicios sólidos, pero estos no obtemperan antes las quejas de los residentes.
La alcaldía de la capital no aplica el Presupuesto Participativo
Municipal (PPM), como debe ser, a pesar de que esta herramienta esta dentro de
la ley 176-07 sobre el Distrito Nacional y los Municipios, promulgada el 17 de
julio del 2007.
Los ayuntamientos como gobiernos locales son los promotores y
garantes del bienestar social, económico y la prestación de servicios
eficientes a todos los niveles. La buena gestión de un síndico es aquella que
contribuye al desarrollo local, proceso orientado a mejorar los niveles de
bienestar de sus habitantes, por esta razón es que me arriesgaría en esta ocasión
apoyar a don Fello Suberví.
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