Por: Nélsido Herasme
Jamás nos gustaría resaltar las cosas negativas que observamos en la escuela y mucho menos en el recinto escolar donde estudian nuestros hijos. Hoy destaco con alegría y satisfacción la labor de dos centros educativos de excelencia en los cuales estudian mis dos hijos, Emmanuel y Carlos, las repúblicas de Argentina y Colombia, la primera en la modalidad en arte y la otra, implementando programas de formación social y cultural envidiables.

Soy de los padres que entienden que con la creación de los centros de excelencia y la implementación de las tandas extendidas con sus diferentes modalidades, es propicia la ocasión para promover el desarrollo de nuestros hijos.

Aprovechemos el momento para conversar con nuestros hijos, porque esta es la hora perfecta para cuidar de ellos, pero primero, retirémoslos de los peligros que presentan la televisión y el internet.
Nuestros hijos son los que en el presente dan sentidos a nuestras vidas y los que en el futuro darán frutos al mundo.
Enseñémosles hoy el camino correcto e instruyámoslos sobre la base del hombre nuevo, corrigiéndolos con amor, con enseñanza y palpables ejemplos. A Diario revisemos sus tareas escolares, demos seguimiento al curso de sus estudios y jamás le estrujemos sus errores y defectos, premiemos sus logros y buenas acciones en público y a solas, los yerros cometidos. Jamás los enviemos trabajar, a comprar cigarros, bebidas alcohólicas y en cambio, eduquémoslos en valores de paz y compromiso con su escuela y con sus amiguitos de aula y de barrio
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