martes, 19 de marzo de 2013

FUNVIMAMESO SE LEVANTA, CRECE Y SE AGIGANTA

Por: Nélsido Herasme


Como todas las organizaciones de base, la Fundación Villa María-Mejoramiento Social (Funvimameso) se abre paso al caminar, haciendo el esfuerzo del nadador, que en un mar de aguas turbulentas no desmaya, chapalea y extiende sus brazos hasta alcanzar la meta.
 
Funvimameso es el malabarista que, a pura concentración, lucha por mantenerse en la cuerda por tiempo indefinido, es el pequeño garrochista que para lograr el premio tiene que dar el brinco del gigante. Es el corazón de Villa María y Mejoramientos Social que quiere mantener su latido en el cuerpo de su comunidad.


Funvimameso es el niño que, con sus manos extendidas pide pan para repartirlo entre los carentes y pobres de solemnidad. 


Sus limitaciones y sus escasos recursos impiden emprender el vuelo definitivo y alcanza sus objetivos estratégicos.


Sin mucho esfuerzo, pero bien planificado, el domingo 17, en el marco de un maravilloso compartir cristiano, logramos juntar en nuestro local, de la Juana Saltitopa, en el Distrito Nacional, a todos los miembros, amigos y simpatizantes de Funvimameso, quienes de forma voluntaria y espontánea, desde sus casas, trajeron el almuerzo del día y decidieron venderlo a precio asequible para que la organización obtuviera unos recursos, que le permita seguir respirando por la herida de su comunidad, no solo pan, sino salud educación y recreación sana. 


Aquello fue demoledor, la confusión se apoderó delos presentes; la alegría y los cuentos estuvieron a la orden del día; los abrazos y los saludos de gente que una vez vivió en el barrio eran de rostros impregnados de satisfacción, mientras otros, que por casualidad cruzaban por el lugar, se quedaron, compraron comida, se llenaron, al tiempo de llegar la música y para que les cuento, si encima de la degustación se movió la cintura hasta el cansancio.


Esa es la mística y la visión de una entidad que practica la nobleza y que, desde su horizonte cristaliza su praxis y con afán, tesón y ardor trabaja y lucha para que el barrio alcance su verdadero desarrollo. 


Funvimameso, consciente de que en los barrios donde hace vida hay gente alejada del pastel, con familias sin techo, niños sin escuelas y jóvenes sin espacios para la recreación, es que ha encendido el pebetero del amor, el cual no quiere que por falta de recursos y diligencias su llama se apague.

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