Por: Nélsido Herasme
Me
resisto a creer que la Semana Santa que acaba de transcurrir de nada sirviera para
que el sector que dentro del Partido Revolucionario Dominicano lidera Miguel
Vargas reflexionara sobre la necesidad de que esa organización se avoque a preparar
su próxima convención y cumplir con su agenda opositora.
No
entiendo el por qué de la negativa de convocar a sus organismos, crear las
bases para la realización de las primarias que han de escoger a sus autoridades
y enfrentar con criticas y propuestas la gestión peledeísta. Desde marzo del
2011, fecha en que Miguel perdió en la lucha interna, amenazó con no subirse a
la patana del triunfo de su partido. Y así lo hizo.
No
nos cabe la menor duda de que en el seno del PRD hay manos extraña en
componenda con algunas de adentro, en aprestos malsanos que pretenden hacerle
daño a su memoria.
Soy
de los que entienden que 74 años de
historia no son fáciles de borrar, por lo tanto quienes están detrás de esta
infeliz intención terminarán como Chacumbele.
Los
números hablan por si solo, el PRD es el partido más grande y vigoroso, y el que más se parece a la
República Dominicana, en cuyas bases reside su poder.
En
la humildad, coraje y resistencia del Dr. José Francisco Peña Gómez está la
inspiración de sus cuadros y dirigentes; de ahí la simpatía que le profesamos reverente y genuflexa a este gran
hombre que fue capaz de mantener a sangre y lágrimas un partido grande y democrático,
teniendo que sufrir los embates de una dictadura y sus remanentes por años
sin términos.
Este
el momento preciso para darnos cuenta si los perredeístas y el pueblo
dominicano tienen dolientes.
Esta
es la hora de los descalzos y descamisados de oponerse a la traviesa actitud de
un sector que dentro del PRD, obediente a pautas foráneas, maquinan su
destrucción.
Este
es el momento preciso y la hora perfecta para que el PRD reúna sus organismos y
fije postura firme y frontal frente a un PLD que apadrinó la venta de Bahía de
las Águilas, entregó su oro a una empresa minera extranjera, lo mismo que
intentó hacer con Gonzalo, en los Haitises y contempla hacer con Loma Miranda.
Es
ahora que el PRD, con su lema de guerra: “Justicia Social y Soberanía Nacional”,
debe levantarse y ponerse del lado de los oprimidos y humillados.
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