martes, 7 de octubre de 2008

HANSEL, UNA PROMESA DE SU BARRIO

Hansel Méndez, aspira a dirigir la juventud perredeísta


Por Nélsido Herasme

Ninguna organización partidaria del país en estos momentos cuenta con una política de juventud, ni con programas y planes de acción que permitan su reclutamiento, capacitación y empoderamiento de manera que sean ellos los que escojan su propio camino.
Pongo el ejemplo del jovencito Hansel Méndez, quien desde ya ha empezado a incursionar en las lides política, dentro del Partido Revolucionario Dominicano, en busca de ganar un especio.
Nativo del municipio de Villa Jaragua, de la provincia Bahoruco, estudia la carrera de psicologia Industrial, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y ya anuncia que aspira llegar a la presidencia de la juventud de esa organización.
Tan solo ese deseo de superación de este muchacho debe provocar que el partido blanco aplique programas de motivación que logren reconquistar este importante activo, soporte y esencia del perredeísmo histórico.
Recientemente, la juventud del partido blanco realizó un acto público, donde ofrendó una flor ante el Altar de la Patria y fue tan triste la participación de nuestros jóvenes que no pude contener la pena y la frustración.
En tan digno lugar y en una actividad propia de los jóvenes del PRD solo había unos quince, por lo que la organización opositora debe entender que sin el concurso de ellos es imposible hacer los cambios que demanda la sociedad.
La juventud es ente de desarrollo y lucha permanente, símbolo de sacrificio, libertad y transformación, es la dueña del sueño, de la utopía y la esperanza de nuestro pueblo.
Los jóvenes del PRD tienen que ser empoderados. La nueva dirección que surja en la venidera convención deberá entender que este segmento partidario debe recibir el 40 por ciento de los recursos y la promoción necesaria hasta convertirse en los auténticos protagonistas de su propio destino y desarrollo.
Ayudemos ahora a nuestra juventud, invitémosla a levantarse y a reconocer sus yerros, no importa cuan grandes sean y acompañémosla en su justo crecimiento.
Dejemos que sean ellos los que empujen el carro de la historia, los que den riendas sueltas a su vocación democrática y con sus propios pies logren avanzar hacia la conquista de su liberación.
El joven del PRD necesita hoy conocerse así mismo, saber de dónde viene, donde está y hacia dónde se dirige.
El PRD debe comprender que la juventud es la que debe llevar en sus manos la antorcha y la que tiene la misión de mantener encendido el pebetero.
Despertemos en la juventud el deseo de abrirse paso en la consecución de sus objetivos y convertirse en el timón de la revolución democrática nacional, la que se levante ante cada caída, se enfrente a los desafíos del presente y a los retos del porvenir.
Hoy más que nunca se requiere de la creación de la escuela de formación política del PRD, donde nuestros muchachos logren adquirir conciencia crítica y de clase y puedan comprender mejor la forma de luchar por un país más justo y humano.
La juventud es la que ha de gozar del privilegio de cargar sobre sus hombros las ideas, administrar el futuro y reivindicar el legado de sus antecesores.
Démosle la oportunidad a la juventud para que desde su interior brote el canto, la risa, la poesía, la música, la movilización, la protesta, la consigna y el anhelo de triunfo del Partido Revolucionario Dominicano.

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