martes, 7 de octubre de 2008

Recordando a los 5 del Club Hector J. Díaz

Parte frontal del Club Los 5 Mártires, antiguo Hector J. Díaz, el cual jamás debieron sacar de las entrañas del barrio 27 de Febrero.
Por Nélsido Herasme
Este 9 de octubre se cumplen 37 años de uno de los terribles martirios que barrio alguno haya conocido, donde cinco valerosos jóvenes pertenecientes al otrora club deportivo y cultural Héctor J. Díaz, fueron masacrado brutalmente y este hecho que consternó a toda la población, por su trascendencia política y cultural no puede jamás quedar en el olvido.
En 1971 el barrio 27 de Febrero, localizado en el corazón de la zona norte del Distrito Nacional, llegó a ser uno de los sectores en donde en un momento de la historia llegó a concentrarse la mayor atención pública por sus múltiples luchas reivindicativas y actividades culturales y deportivas, la gran mayoría protagonizadas por los clubes deportivos y culturales Fases de Luna y Héctor J. Díaz.
Estas organizaciones coordinaron grades luchas de masas en favor de la barrida y condenaron con fervor los atropellos que vivió el sector a la luz del régimen de los Doce Años que encabezó Joaquín Balaguer. Por la postura que mantuvieron de apego a las más elementales aspiraciones del pueblo, las organizaciones clubísticas de toda la franja norte del Distrito Nacional fueron perseguidas de manera despiadada hasta el extremo que los jóvenes Radhamés Peláez Tejeda, Rubén Darío Sandoval, Víctor Fernando Checo, Reyes Florentino Santana y Gerardo Bautista Gómez mordieron la estopa de la muerte.
Estos valiosos jóvenes fueron asesinados y sus cuerpos mutilados fueron esparcidos por varios puntos de la geografía nacional. Este bochornoso hecho fue atribuido a un grupo de bandoleros, algunos ex-izquierdistas, que activaron bajo factura oficial y bajo el amparo policial y que el pueblo bautizó con el nombre de la “Banda Colorá”, quien ejecutó su accionar bajo el alegato del anticomunismo y antiterrorismo. A estas horas hay madres en nuestros barrios que esperan la llegada de sus hijos que fueron desaparecidos por "La Banda".
Las escuelas de los clubes fueron oficializadas en el período de gobierno 78-82 y más tarde en la gestión del Dr. Salvador Jorge Blanco se emitió un decreto declarando el 9 de octubre como "Día Nacional de los Clubes", pero a partir de ahí nada se ha hecho por los barrios y su juventud.
Ya la lucha de los clubes se acabó. Hoy la juventud y la niñez viven el desamparo cultural, las canchas y los clubes de los barrios acusan un progresivo estado de deterioro, ya no se ven los grupos de danza folklórica, de teatro y de poesía coreada.
Dónde está el arte y la cultura de los barrios, dónde está ASOCLUDISNA, AGRUCUDEGUA y los clubes Bohechío, Jaragua, Fases de Luna, Leonidas Solano, Renacer, Acufrosa, Hilario Nivar, Simón Bolívar y otros tantos, en donde nos forjamos y adquirimos conciencia de clase y crecimos en compromiso.
En cambio ahora vemos a un grupo de bergantes, buscándosela, como la garza encima del toro en nombre de la cultura y del deporte barrial, pidiendo al gobierno recursos para ejecutar programas en favor de la juventud y la niñez que nadie ve.
El año pasado observamos con impotencia a un grupo de vivos llamados “clubistas” recibiendo de manos del secretario de deportes, Felipe Payano, la suma de 700 mil pesos para ejecutar actividades relacionadas con la celebración del 9 de octubre, pero me quedé solo con el dulce embeleso de ver aunque sea una sola actividad de corte cultural. De seguro que harán lo mismo este año.

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